La larga temporada de lluvias ha afectado sustancialmente las vías secundarias y terciarias de Risaralda. Una situación que ha desmejorado la calidad de vida de las familias y les ha imposibilitado a los productores el libre tránsito para comercializar sus mercancías.

Esas lluvias intensas de los últimos meses, también han desestabilizado las laderas, evidenciándose permanentes deslizamientos de tierra, que taponan las vías y que son muy frecuentes en municipios como Marsella, Apía, Pueblo Rico, Santa Rosa de Cabal, Pereira, Dosquebradas y en carreteables tan importantes como El Pollo – La Romelia y Pereira – Armenia.

Las lluvias arreciarán en los próximos meses, de acuerdo con las proyecciones del IDEAM, lo cual presiona a las autoridades a adoptar medidas preventivas para evitar muertes y daños materiales.

Los planes de prevención y gestión de riesgos de desastres de los municipios y el departamento, deben ser revisados, actualizados y fortalecidos técnica y económicamente, con el fin de que las entidades a cargo puedan actuar con mayor seguridad y eficacia.

La gestión del riesgo es un elemento fundamental en términos del ordenamiento territorial y la planeación económica y social, dada la cantidad de variables que inciden en el desarrollo. Una de ellas, por ejemplo, es el cambio climático, que no sólo exacerba las temporadas de lluvia, sino que alarga los periodos de sequía.

En los noticieros de televisión, hemos visto esta semana cómo la mitad de Estados Unidos está sufriendo de escasez de agua para garantizar la prestación del servicio de acueducto doméstico. En Europa se tomaron medidas represivas, sancionando a quienes sobrepasen los límites diarios de consumo de agua potable. Los ríos de España están secos, al igual que los de Alemania y Francia.

La gestión del riesgo en Risaralda debe dialogar con la de departamentos vecinos como Caldas, Quindío, Valle del Cauca y Chocó. Las amenazas son comunes para todos estos territorios y las acciones de prevención y atención, deben ser coordinadas regionalmente. El pasado ya nos ha mostrado que los impactos de terremotos, explosión de volcanes, taponamientos de vías y destrucción de acueductos, sobrepasan los límites departamentales.

También deberíamos hablar del riesgo que implican las endemias y las pandemias, para poder tener un plan regional de acción y reacción.

Los riesgos están ahí, latentes. Lo importante es que nos preparemos para prevenirlos y para atenderlos de la forma más adecuada posible.