Larga y fructífera vida para Risaralda

Lograr que Risaralda sea uno de los departamentos con mejores indicadores de crecimiento económico y desarrollo social del país, es el resultado de una tarea titánica emprendida por las fuerzas políticas, ciudadanas, económicas y académicas, que han asumido la responsabilidad de ejecutar lo que les corresponde, desde sus particularidades, pero, en general, a través de un trabajo mancomunado.

Luego de 56 años de creación político administrativa de Risaralda, sin duda, muchos de los propósitos que se trazaron sus impulsores, se han cumplido, no sin dificultades, pero con el recio empuje de miles de personas que dedican sus esfuerzos por hacer grande un territorio privilegiado por su geografía, su ubicación y su demografía.

En algo más de cuatro mil kilómetros cuadrados, Risaralda, el cuarto departamento más pequeño de Colombia, se erige como el quinto más competitivo del país, lo que significa ser un espacio de paz, con avances en su economía productiva, óptimos logros educativos, prestación adecuada y amplia de servicios públicos y sociales, crecimiento de las infraestructuras básicas, buenas prácticas de gobierno, finanzas públicas sólidas, liderazgo académico, sostenibilidad ambiental, variedad ecosistémica e integración social.

Los evidentes éxitos que ha alcanzado Risaralda, no nos obnubilan frente a los problemas que están sin resolver, entre ellos, algunos de carácter social relacionados con la marginalidad y la pobreza que viven, especialmente, comunidades afros, indígenas y campesinas, que requieren que el Estado salga en su auxilio, y les brinde más oportunidades de vida. Además, se debe seguir trabajando en cerrar las brechas territoriales, que impiden que muchos municipios logren adecuados niveles de progreso.

Risaralda le ha aportado a la nación liderazgo político, desde la cabeza del ejecutivo, con César Gaviria Trujillo como presidente de la república, ministros y presidentes de las cámaras congresionales. Igualmente, magistrados de las altas cortes, científicos, investigadores, deportistas, artistas, escritores, músicos y académicos. Este ha sido un departamento pródigo en materia de liderazgo.

Hemos vivido en paz política, a pesar de la reciedumbre de los procesos electorales y los debates ideológicos. Quienes nos han gobernado durante estos once lustros, han tenido la grandeza de ayudar a empujar el carro del desarrollo, dándole continuidad a innumerables proyectos.

El departamento tiene ante sí muchos retos, algunos de ellos relacionados con la integración territorial y regional, el avance social y económico. Impulsar una nueva generación de líderes capaces de interpretar las exigencias de los nuevos tiempos. Contribuir a que las comunidades se adapten mucho mejor a los cambios y salgan beneficiadas de ellos. Concertar un gran pacto, para que en vez de exportar mano de obra, seamos proveedores de conocimiento para el mundo.

Risaralda tiene todos los condimentos para mantenerse como uno de los líderes del desarrollo nacional y, en este sentido, es prioritario que internamente logremos los consensos para trazarnos metas de largo aliento, muchas de las cuales ya tenemos identificadas.

Larga y fructífera vida para Risaralda

*Diputado liberal de Risaralda